Dime cuanto te has marchitado en desvelos, dime.
Yo también.
Inventas en tu mente un mundo perfecto que se diluye
ante la sonoridad de la ausencia y de los recuerdos.
No se donde queda el horizonte brillante pero iré allí.
Ven también.
Aunque de lejos, yo caminaré a tu lado con la fuerza de mi amor.
(Pablo Hernández M.)