Silvia Castaño
Aferrarse a la cabeza,
al cuello,
al pelo de la crin negra,
abrazarse con piernas y brazos
al cuerpo
y sentir los músculos contraerse
(los nuestros y los del animal)
mientras lanzamos un grito
salvaje,
entre desesperación y furia,
con el que nos enfrentamos
a lo desconocido
de esta carrera vertiginosa.
El destino es una bestia desbocada
que se cabalga con los ojos
y la boca bien abiertos
en una mueca de asombro/miedo,
tratando de no caer pero sintiendo
que caemos
todo el tiempo.
(Pablo Hernández M.)
1 comentario:
aferrarse a pesar de cuentas, aun duele la muerte, aun hierve el suicidio, aun pesa el dinero que cabalga a lomos de indecencia.
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