Porque las palabras se pierden en la noche
como si fueran mariposas de alas blancas
leves, audaces, adentrándose en lo oscuro
hasta encontrar, para posarse, un cuerpo.
Aplazando el desespero hasta que amanezca,
sin lugar ni nombre, tus ojos son adivinos
que despiertan los deseos mas privados
y, depravados, me miran, hambrientos.
Sin conformarte con mis manos clamas, si,
exiges que te ame con toda mi presencia
porque te es imprescindible el agua de mi boca,
la sed de mi alma. Mi corazón, lo devoras.
Me pierdo, no intento escapar al duelo
de las almas dentro de las sabanas, el desafío.
Al final, como un suspiro robo la esencia al reloj
y sin tiempo despierto a tu lado. Me encuentro.
Puede ser todo esto solo una mas de las razones
con que arrebatas mis instintos de escapar
del quedarme aferrado a este lugar,
de existir ya solo por un momento, para ti.
Alma adentro se destejen los miedos
con el desbaratador silencio con que quieres
hacerme libre en la cárcel de tus sueños
de donde nadie, nunca, regresa.
Me quedo en ti porque en ti existo
mas que como un nombre o idea, como eco
del silencio con que las mariposas blancas
vuelan, perdiéndose en la noche.
(Pablo Hernández M.)
2 comentarios:
8-O
wooww!!! ahora si me has dejado boquiabierta.
que precioso poema, me encanto!.
La manera de darle el remate final estuvo fabuloso.
uff!!... buenisimo
un beso.
...Te extraño, si creíste que me había olvidado de vos estás muy mal porque aquí estoy, y te voy a patear la silla para que entiendas que si, evidentemente te extraño.
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