Un relámpago cortando el cielo de la noche
en tropel delirante de mil caballos salvajes
apagando sin piedad la luz de las estrellas y
aniquilando la oscuridad, el silencio.
En un último soplo expirante de muerte: el tiempo.
Como tiemblan los segundos con el ruido del olvido y
la promesa de saberse claramente fugaces y tenues,
ríen y lloran con gozo y renacimiento.
Mientras pasean las mariposas de óleo
aprendiéndose el camino alrededor de la bombilla
descargando su fantasía en aleteos de enredadera
contra el encanto de un destino descubierto.
Muerta de frío una serpiente se acurruca y
espera ser tan libre como las palabras prohibidas,
miente un poco y un poco dice verdades que
por fin derriten el invierno que ella misma convocó.
Hoy los besos son nuestra única prisa y
no hacen falta espacios vacíos ni sentido útil, ni común,
para compartir un momento eterno y horizontal;
para que se entrelacen ojos, manos, lenguas y bocas
y se botonen, florezcan y marchiten, sin principio ni fin.
(Pablo Hernández M.)
4 comentarios:
que hermoso Pablo... si para algo habr que tomarse en realidad tiempo es para dar un buen beso... caray!.. tan rico que es.
me gusto mucho la parte del relampago.. quedo muuy padre eso,
saludos!
=0)
Hermoso, es cierto... tienes tantas imágenes que dicen tanto a un ritmo muy especial...
"Mientras pasean las mariposas de óleo
aprendiéndose el camino alrededor de la bombilla
descargando su fantasía en aleteos de enredadera.."
sin palabras... Hermoso!
oooh muy buenooo
Publicar un comentario