Para Marisó
Entreveo la felicidad
por las rendijas de tus ojos,
casi tanta que no me parece amor terreno,
casi tanta que he llegado a confesarme
que sometería mi voluntad
a tu mirada
y mi corazón lo arrojaría a lo desconocido
de tu porvenir.
Insinuas la felicidad
por el sonido de tu risa,
casi tanta que no busco
nada mas que a ti
y te encuentro pronta para todo
como una respuesta que calma,
como una pregunta que incita.
Yo veo mas en ti
que unos ojos o una risa,
veo felicidad aprisionada
que contempla en silencio y,
sin apresurarse a salir,
puede envolver a todo el mundo,
un mundo,
el mundo de alguien.
¡Quién fuera el, ese!
que habite en tu felicidad.
(Pablo Hernández M.)
3 comentarios:
disfruto mucho leerte porque entiendo muy bien lo que queires transmitir con tus palabras, o por lo menos esa sensacion me queda, no es una poesia rebscada que me deje confundida, es hermosa, clara y directa.
me encanta.
saludos!
Bellísimo, simplemente bellísimo.
yo veo más en ti que simples palabras escritas... veo sentimiento a flor de piel... hermoso!
Publicar un comentario