Eva, reflejada en el espejo, es una serpiente en la cama
que en las tardes de Domingo sueña
con un Adán que calme su despedida.
—¿Qué va a ser de mi? —escribe Eva un verso
en un papel que mil veces ha borrado
y piensa en la intacta pureza que la señala.
Se encoleriza a veces, Eva, mientras sola
muerde una manzana y mira de lado al cielo
maldiciendo.
Eva se desespera,
quiere a un Adán que descubra que el paraíso
no es una manzana ni una serpiente,
que ella lo guardan su vientre.
(Pablo Hernández M.)
4 comentarios:
no sé, quizá sea difícil de encontrar a un Adán así, puede que Eva busque más allá de los confines mordiendo hasta el tuétano de la manzana enroscándose con la serpiente para tener un poco de calor. El hombre??? quién sabe cómo somos, huidizos de los compromisos, buscadores de sexo y amantes de la posesión .. jo, que desvaría
buenas noches, amigo
¿Existe en serio ese Adán?. Mmmmm yo he encontrado el mío, pero es bien cierto que una desea sentirse el paraíso del otro en la cama.
Gracias por tu visita, aquí andamos siempre al pendiente de ti.
Abrazos amigo.
Desconfío plenamente de la existencia de un Adán con esas características jajaja...
Pero bueno, dicen que la esperanza e slo último que debe perderse...
Saludos pablo!!!!
Es.. "que ella lo guarda en su vientre", verdad? No es que sea quisquillosa o algo así!... Cuantos sapos habría que besar para encontrar tu manzana... tu Adán!!!
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