Mi recomendación

La voz a ti debida
- Pedro Salinas

domingo, 5 de abril de 2009

Rompíendose el alma

Romperse el alma con violenta ternura.
La premura de las ansias reprimidas
crea feroces encuentros entre los cuerpos
que se ensañan con el espacio que los separa
haciéndolo añicos.

Desgarrarse las espaldas sin tregua.
Clavar las uñas dentro de carnes trémulas
y beber los jugos exudados en suspiros,
respirar esencias, absorber besos por la piel,
succionar miradas.

Susurrar jadeos de animal enfurecido.
Arrinconar la soledad en lo oscuro
(¡que tiemble la maldita ahí,
desnuda y con frío!.. olvidada),
quitarle el veneno.

No reprimirse ante razones estúpidas.
Ni ante el miedo, mucho menos ante el tiempo.
No ante Dios y ni siquiera ante el Diablo.
Hay que cometer pecados para poder,
luego, expiarlos.

Irrumpir en la mansión de la muerte
y reírsele en la cara.

Amarse así, rompiéndose el alma.

(Pablo Hernández M.)

2 comentarios:

PROSÓDICA dijo...

¿Es que acaso existe otra forma de amar?.
Conozco esto llamado amor, es adictivo, te digo!.
Abrazos, muy bueno.

alkerme dijo...

Muy intenso, sí señor...

Beso